Si uno sigue los medios europeos, puede tener la impresión de que ya casi nadie quiere consumir productos animales. Casi en todas partes se habla de la popularidad creciente de las alternativas vegetales, vegetarianas o veganas en la actualidad. Al mismo tiempo, los/as consumidores/as afirman, entre otras cosas, que desean productos con ingredientes naturales y el menor número posible de ingredientes, que les importa el bienestar de los animales y que están dispuestos a aceptar precios más altos por ello. Pero ¿de verdad es así?

Sin duda, cada vez más consumidores/ as afirman en las encuestas que se preocupan por su salud, su estilo de vida, el medio ambiente y su alimentación. La pandemia de covid ha aumentado aún más esta tendencia. Así, una encuesta a consumidores de Innova Market Insights del año 2020 demostró que la salud, la diversidad, la sostenibilidad y el sabor son los cuatro motivos más importantes por las que considerar las alternativas vegetales. Lo principal resultó ser la salud, nombrada por el 53 % de los encuestados en todo el mundo.

Se observa también que los alimentos vegetales van pisando fuerte. Así, lo vegetal ocupa el segundo puesto en el «Top Ten» de tendencias alimentarias del año 2021. Si miramos esta tendencia con lupa, la encuesta a consumidores Innova demuestra que: El 36 % de los/as consumidores/as daría preferencia a una mezcla de productos vegetales y animales. Muchos más de los que optarían al 100 % por productos vegetales, que suman una cuarta parte de los encuestados. En especial, cuando se trata de las proteínas, los productos híbridos que combinan fuentes de proteínas animales y vegetales se hallan muy solicitados. No obstante, muchos resultados de encuestas tienen en común el hecho de que l conducta real de los consumidores es más indiferente. Las diferencias entre lo que se indica en las encuestas y la conducta real son grandes. Los productos sustitutivos de la carne, por ejemplo, suelen tener una lista de ingredientes larguísima, lo que en realidad echa atrás a los/as consumidores/ as.

Lo concluyente es cuántas personas se alimentan verdaderamente de forma estrictamente vegana o vegetariana. Un estudio del Euromonitor Health and Nutrition del año 2020 demuestra: En todo el mundo, tan solo un 6,4 % de los/as consumidores/as indicaron seguir únicamente una alimentación vegetariana. Por una alimentación vegana, incluso, tan solo optó un 4%. Un grupo considerablemente mayor descarta algunos productos animales, pero no sigue una alimentación estrictamente vegana o vegetariana. Estos llamados «flexitarianos/as» supusieron en el año 2020 el 42 % de los/as consumidores/as en todo el mundo.

En los últimos años, ha aumentado también el deseo de tener una mayor transparencia y sostenibilidad. Cada vez más personas quieren saber qué hay exactamente en sus alimentos y cuán sostenible es la forma en que se elaboran. La gelatina, por ejemplo, es una proteína natural sana y está clasificada como alimento. Con ello, cumple con los requisitos de los productos de «etiqueta limpia». De este modo, también las personas con alergias pueden consumir sin problemas la gelatina y los péptidos de colágeno de GELITA. Y algo que gustará especialmente a aquellos/as que dan valor a la sostenibilidad: Las materias primas utilizadas en la producción de GELITA se aprovechan por completo. Con ello, la empresa contribuye a la idea de «cero residuos». La gelatina, al igual que muchísimos otros productos que se elaboran a partir de subproductos de la producción de carne, contribuye de forma notable a hacer que esta sea más sostenible. El renunciar a ingredientes animales no resuelve el problema del consumo de carne, y ni siquiera hace que este sea más sostenible.